Hay tantas clases de amor que no sabemos a donde dirigir nuestra atención para definirlo.”
(Voltaire: “Diccionario filosófico”)
Como sabemos, el alma es asexual, sólo que en nuestro mundo, para exteriorizarse en la carne, presenta dos tendencias, dos líneas de evolución diferentes; masculina y femenina; así, cuando vibra en un polo, busca completarse con la otra parte, que está en el otro.
La atracción de los sexos muestra la unidad que existe en las almas. En ellas no hay dos mitades separadas sino unidas y complementarias, que están siempre buscándose.. El sexo es tan sólo una condición externa, por que, realmente, el alma, en si misma, posee las dos posibilidades de manifestación (masculina y femenina), optando por una u otra según lo que más convenga a su progreso. Esto, da una idea de por qué ni para los Espíritus Superiores, ni para la ciencia actual, existe la heterosexualidad entendida en términos absolutos.
Para los Espíritus más evolucionados, en los que la asimilación de experiencias en un sexo y en otro ya se completó (cerrándose el ciclo sexual), no hay más necesidad de polarización en una u otra forma. Cuando encarnan, desprovistos ya de deseo erótico, emplean toda la fuerza creadora para el beneficio del prójimo. Según las definiciones terrenas, tales criaturas pasarían por heterosexuales* (puesto que su estructura orgánica, masculina o femenina, en nada es distinta al resto), sin embargo, la inclinación sexual, en ellos, está superada, ni siquiera conservan ya, en la retaguardia de las vidas pasadas, compromisos con esta área. En ellos sí podemos hablar de castidad pura.
También podemos hablar de Espíritus equilibrados (más abundantes que los anteriores), que se sitúan entre los Espíritus inferiores o de mediana evolución, y entre los Espíritus Superiores. Aún siendo todavía almas imperfectas, son más experimentados y esclarecidos, atravesando su nueva condición sexual sin resquicios conflictivos especialmente importantes o atavismos instintivos que no puedan salvar echando mano de su voluntad. En ellos la exigencia sexual está más o menos presente, pero bajo control. Entre ellos puede haber lugar para la abstinencia y/o el celibato, como opción vital con la que se enriquecen., no de una manera pura, propiamente dicha, pero sí sublimada.
Para los Espíritus Inferiores y de mediana evolución, el deseo sexual forma parte de su realidad más inmediata, aún fuertemente influidos por los condicionamientos sexuales del pasado; el ser se presenta unas veces marcadamente femenino y otras marcadamente masculino (se encuentra bi-partido en si mismo) pues aún no se ha procesado la integración de las dos polaridades en una; por eso es intenso su deseo de ligarse (aún inconscientemente) al elemento opuesto, aparentemente ausente pero insertado en si mismo, otorgando una cierta insatisfacción más o menos marcada en todos los individuos. El sexo, en este grado evolutivo, está todavía muy unido al impulso animal, arrastrando para esta vida, los efectos de sus diferentes abusos y ansiedades practicados en las experiencias anteriores. En esta etapa, la abstinencia y el celibato se presentan más “forzados” que sublimados, lo que no significa que no sean instrumento depurador de ciertos instintos, sólo que es más difícil llevar a cabo por la criatura y no suele estar exento de conflictos, pudiendo servir los dogmas religiosos (si no se presentan en exceso castradores) como reforzador y ayuda para determinadas personas.
Si deseamos tener una comprensión más amplia y real de la naturaleza humana presente en cada individuo, tenemos que tener en cuenta esas pequeñas “sutilidades” del comportamiento y la emoción que no logramos encajar, que no se explican suficientemente a penas por el género sexual del cual se es portador. Esas sutilidades, son el eco de todos los viajes y experiencias que cada alma ha emprendido a lo largo de la historia. Por que, si podemos ser más categóricos con respecto a nuestra identidad somática, genital y cromosómica., la auténtica realidad psicológica (espiritual), va más allá, es infinitamente más amplia y compleja; no queda limitada a la apariencia orgánica, que es sólo una parte de la emanación espiritual global.
* Nota de Manakel :Sobre esta afirmación de q un espíritu más evolucionado pasaría por heterosexual no estoy totalmente de acuerdo pues tamb podría pasar por homosexual…recordemos por ejemplo a Francisco De Asís, reencarnación de Juan el Discípulo,pues parece q siendo de condición homo nunca nadie en el astral se atrevió a señalarlo…ver Curso de Sexualidad y Espiritualidad del Hermano Francisco de la Comunidad El Gran Corazón…es complicado esto de querer heterosexualizarlo todo y a todo-as…aun dentro de este interesante artículo espírita siempre se escapa algo…
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