ESTE OBJETO TRASCENDENTE Y MÁGICO NO ES OTRO QUE EL TAROT.
Todo cuanto puede ser pensado, cuanto puede ser sentido y cuanto puede ser realizado, se encuentra reflejado en la simbología de los Arcanos del Tarot. Las fuerzas que desarrollan la evolución y la vida, las que las conservan y aquellas que las modifican y destruyen, todo está reflejado en la profunda sabiduría silenciosa y sencilla de los Arcanos del Tarot. En la existencia humana la conciencia, la sociedad, la alternancia de las energías del fuego, el agua, el aire y la tierra aparecen prolijamente explicadas en los números, nombres y símbolos de las cartas del Tarot.
EL ESPÍRITU DEL TAROT
El Tarot posee un cuerpo material (el que supone la entidad física de un mazo de Tarot) pero el Tarot, síntesis del Universo, ostenta una naturaleza adimensional, espiritual e invisible, pero enormemente poderosa, pues el Tarot es capaz de inspirar, el conocimiento de los tres tiempos, comunicar la sabiduría suprema y realizar la transmutación del hombre común en un adepto.
El Tarot es universalmente conocido como el libro de Thot, divinidad egipcia de la sabiduría, señor de la escritura y de la magia, patrón de los escribas, a quien se atribuye la paternidad de los Arcanos, así como la presencia espiritual y mágica que alienta en ellos.
LA INDUSTRIA DEL TAROT
El interés por el Tarot es tan grande en la actualidad, que la venta de ejemplares de Tarot resulta un negocio excepcionalmente rentable para algunas editoriales, especialmente si estas ventas se acompañan de cursos y enseñanzas relacionadas con un exclusivo ejemplar de Tarot.
Así el marketing salvaje ha entrado en el antes sereno mundo del Tarot y alguna editorial, fabricante de un determinado tipo de Tarot, a través de ciertos personajes con elevada megalomanía, que se definen a sí mismos como grandes e internacionales maestros del Tarot único, atacan a otros bellos y eficaces ejemplares de Tarot, pretendiendo que el suyo es el “único y verdadero”. Para ello, inventan rocambolescas historias sobre sus supuestos misteriosos orígenes y crean bulos sobre tradiciones ficticias que nada tienen que ver con la historia.
ORÍGENES EGIPCIOS DEL TAROT
Mucho se ha debatido y debate sobre el origen egipcio o no egipcio del Tarot, pero no puede olvidarse que Egipto ha sido el sol radiante de todo conocimiento espiritual y científico en occidente. Los grandes filósofos y matemáticos griegos, que impusieron las bases de la actual civilización, bebieron en las aguas cristalinas de la sabiduría del antiguo Egipto. La mente egipcia era capaz de concebir simultáneamente una idea y su opuesta sin posibilidad alguna de disociación. Otra forma más compleja de pensar era el llamado entrecruzamiento en el que se revelaba el complejo mosaico de ideas, sensaciones, etc., que intervienen en la estructura de los procesos mentales.
Está claro que el verdadero sacerdocio egipcio no tenía ninguna necesidad de mostrar sus rituales secretos de divinización ni al vulgo, ni a la realeza, y mucho menos a las generaciones del materialista futuro que veían venir. De ahí que quizá el único Arcano de aquellos tiempos que ha trascendido, sea la figura del nacimiento de la fuente del Nilo, en un bajorrelieve del templo situado junto al Nilómetro de la isla de File. En ella Hapi, la personalización del sagrado Nilo, vierte el agua de dos vasijas que sostiene en sus manos. Es la misma escena que podemos ver en la carta de La Estrella, aunque en el Tarot aparece la influencia de los astros del cielo, especialmente de la misteriosa Sirio, la estrella perro, anunciadora de las crecidas periódicas del Nilo.
El primero en hablar del origen egipcio del Tarot, fue Court de Gebelin en su obra monumental “El Mundo Primitivo”
(publicada en París entre los años 1775 y 1784), este autor afirmó haber recibido la comunicación del origen egipcio del Tarot, a través de un sueño.
A lo largo del tiempo, algunas personas han querido desprestigiar a este autor, a su obra y a su fuente de inspiración. Pero si hemos de hacer caso a la tradición, los orígenes de las actuales religiones seguidas por millones de personas, tienen mucho que ver con el sueño. ¿Acaso el Corán no surgió de la revelación que en sueños hizo el arcángel Gabriel al profeta Mahoma? ¿La Virgen María y su esposo José no recibieron en sueños la información sobre sus sagrados destinos y sobre los peligros que les acechaban? ¿No fue uno de los miembros de las doce tribus de Israel, José, el que vio en sueños la escalera por la que ascendían y descendían los ángeles? El mismo que interpretó en Egipto el sueño premonitorio del faraón sobre siete vacas gordas y siete vacas flacas?
Textos alquímicos narran cómo el maestro se aparece en sueños al buscador paciente y le revela los secretos más ocultos del Arte Regio.
Es de destacar el sueño en el que el célebre alquimista Nicolás Flamel, vio a un ángel que le mostraba un gran libro de cobre. Pasado un tiempo lo encontró y lo pudo comprar por dos florines a un mercader. Fue gracias a dicho libro visto en un sueño, que pudo realizar la Gran Obra.
Científicos, artistas, filósofos, y genios en cualquier actividad humana, han recibido en infinidad de ocasiones las fórmulas de su éxito mediante la inspiración que surge de la madre Luna, señora del inconsciente, de la noche y del sueño.
Sin duda el Tarot como fuerza viviente que es, reveló en el tiempo preciso y a la persona adecuada, una verdad que debía saberse.
Está claro que con los datos históricos conocidos no es posible afirmar categóricamente el origen egipcio del Tarot, pero nadie en absoluto dispone de argumentos para negarlo. Tampoco ha podido probarse que las monumentales pirámides de Egipto sean sólo simples tumbas, erigidas a la presunción del Faraón, aunque esto es lo que afirma la comunidad científica y acepta la mayor parte de la civilización actual.
No obstante, es el corazón de los amantes del Tarot y de los sueños el que “sabe en su interior” que fue en los templos del Egipto milenario, donde se crearon “los catorce primeros arcanos”, tantos como los trozos en que fue dividido el cuerpo de Osiris, el mismo número de estaciones que tiene el “vía crucis”.
EL PODER TRANSFORMADOR Y AUTOTRANSFORMADOR DEL TAROT
El Tarot otorga la sabiduría, acelera el desarrollo espiritual y humano de quien medita sobre sus misterios. La mente subconsciente o conciencia lunar conecta con la fuerza de los símbolos y de su “egregor” espiritual y provoca una aceleración del proceso natural de la evolución, aquello que necesitaría de varias encarnaciones, puede conseguirse en sólo una.
Pero no es sólo el hombre el que evoluciona con el Tarot, también el Tarot lo hace a través del hombre, ambos forman un conjunto armónico, una perfecta simbiosis. El Tarot inspira al hombre y éste desarrolla un nuevo modelo, una nueva forma, una nueva vía de expresión de la sabiduría del Tarot.
Fuente: Astrología para ser feliz.
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