En el uso de la videncia, no es suficiente conocer a fondo las reglas interpretativas del Tarot, sino que es necesario dominar las maneras de permitir que los espiritus de luz participen en la consulta y lo iluminen e inspiren a la hora de hacer las predicciones.
Existen ciertos espiritus que poseen el poder de infiltrarse en una consulta de tarot cuando el tarotista no ha tomado los recaudos necesarios, llevando al adivino a que vean lo que los espiritus mentirosos desean expresar. Asimismo generan deseos de odio y venganza entre las personas, proyectan fantasias, sugerir trabajos y magia negra que no fue realizada contra el consultante.
En el tema de la videncia con el tarot, el adivino debe poseer un espiritu inspirador, surgido de la limpieza y sacralizacion del mazo de tarot, y de la consecuente relación mazo-tarotista.
Si el adivino está vinculado a practicas oscuras y los espiritus oscuros tambien pueden presagiar… solo lo malo.
Para que el don de la videncia no quede impregnado del bajo astral, debe ser puro, sus entidades o figuras religiosas deben provenir de lo alto. Un vidente ligado a las fuerzas de la oscuridad despierta en la consulta lo más oscuro guardado del alma del consultante. Para prevenirse de ello, el adivino, tarotista o mago, realiza previo a toda videncia una purificacion, rituales, plegarias que alejen las fuerza negativas y atraigan las positivas…
Es necesario, como ritual de todo tarotistas antes de realizar una videncia con el tarot, inciensar abundantemente la habitación, el mazo, encender una vela blanca, realizar las oraciones más poderosas de su culto.
Por otra parte el nivel espiritual de las entidades que inspiran la videncia determinan la profundidad o superficialidad de la interpretacion del tarot.
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